Todo comenzó en 1986 cuando el ingeniero Chuck Hull imprimió una taza pequeña usando una tecnología llamada estereolitografía. Esta fue la primera impresora 3D. En los 36 años de su existencia, esta tecnología realmente ha evolucionado y ahora nos permite construir cualquier objeto de plástico, metal o biodegradable de manera más rápida, más eficiente y con mucho menos desperdicio que antes.
Estas máquinas funcionan imprimiendo una forma preprogramada por una computadora, ya sea una imagen escaneada de un objeto ya existente o un diseño digital completamente novedoso. Esto, a su vez, significa que las impresoras 3D también permiten a los ingenieros crear formas novedosas, nunca antes vistas. En los últimos años, las impresoras 3D han crecido hasta alcanzar un tamaño enorme y, en la actualidad, es posible imprimir cualquier cosa, desde repuestos y herramientas en el hogar hasta casas enteras con estos dispositivos.
¿Te imaginas un mundo en el que las carnes vegetales impresas en 3D se vendan en el supermercado? ¿O que podría tener una impresora casera para pasta o chocolate que te permita crear cualquier forma que desees como un aparato de cocina más? Esto puede ser pronto una realidad, ya que las impresoras de carne impresa sintéticamente y de alimentos disponibles comercialmente son cada vez mejores.
Varias empresas, como Modern Meadow, Novameat y Redefine Meat, ya están en el proceso de producir alternativas cárnicas a base de plantas, por ejemplo, y con gran éxito. Estas alternativas de carne no solo son mucho más saludables que la carne roja, también son significativamente más ecológicas, por no mencionar más baratas. En el video de arriba, puedes ver algunos de estos productos y su proceso de desarrollo.
Pero la verdadera pregunta es, ¿estarías dispuesto a probar una hamburguesa impresa en 3D?
Afirmar que la creación de órganos y tejidos sintéticos se convertirá en el próximo gran avance de la medicina no es una exageración. Bueno, parece que las impresoras 3D podrían acelerar ese proceso considerablemente. La idea es que los médicos pronto podrán crear tejidos y órganos individuales cultivados en laboratorio que se adaptarán fácilmente a la fisiología de una persona y nunca serán rechazados.
No hace falta decir que los usos de esta tecnología son ilimitados y también podría eliminar la necesidad de esperar los trasplantes y salvar innumerables vidas. Aunque todavía nos queda un largo camino para poder imprimir órganos completos, los científicos de la Universidad de Tel Aviv en Israel ya lograron crear la primera copia de corazón humano utilizando una impresora 3D y células humanas. A partir de ahora, los investigadores aprendieron cómo imprimir solo una versión mini del corazón, pero comparte muchos de los elementos estructurales y funcionales de un corazón humano real.
Otros prototipos de órganos y tejidos que ya se han impreso en un laboratorio fueron córneas, orejas e incluso un riñón en funcionamiento.
Otro campo que está comenzando a incorporar rápidamente la impresión 3D en sus prácticas es la industria de la vivienda. Por ejemplo, en 2017, se imprimió una casa residencial en solo 24 horas por alrededor de $10,000 dólares. Por lo tanto, para los países con problemas de vivienda, las casas impresas en 3D pueden ser la solución. Más recientemente, las casas impresas en 3D han superado otro hito importante: la regulación.
Aunque hemos visto casas enteras impresas desde hace años, se trataba principalmente de prototipos que no cumplían con las estrictas normativas de construcción presentes en todos los países. A principios de este año, la empresa de construcción alemana Peri completó el primer edificio familiar residencial en funcionamiento que ha sido completamente impreso en 3D.
Artículo relacionado: Primeras Casas Construidas Con Tecnología 3D En México
Otra forma práctica en la que la impresión en 3D puede transformar nuestra vida cotidiana es cambiando el mercado, ya sea la producción de vehículos, ropa, calzado e incluso prótesis personalizadas a pedidos a pedido con menos desperdicio. Además de eliminar el exceso de producción y ayudar a reducir los costes y las emisiones, como se ve en empresas que ya han adoptado la impresión 3D como la empresa de aviones Airbus, por ejemplo, existe una ventaja más práctica de la impresión 3D para el consumidor diario, que ilustraremos. en el ejemplo de la indumentaria.
¿Estás entre las tallas de zapatos o ropa y parece que nunca encuentras un artículo que realmente te quede? Bueno, la impresión 3D bajo demanda permitirá que todos usen siempre tu talla perfecta, ya que cada artículo se fabricará, es decir, se imprimirá, individualmente, por lo que los clientes podrán ajustar cada modelo de zapatos o ropa a sus medidas y preferencias.
Y si eso no suena lo suficientemente bien, también podemos señalar que los zapatos y la ropa impresos en 3D probablemente también serán más ecológicos, y Adidas ya tiene un modelo de sus zapatillas deportivas en proceso que estará completamente hecho de poliuretano y, por tanto, 100% reciclable.
Todos hemos estado en una situación en la que nos vimos obligados a reemplazar un artículo doméstico viejo como un aire acondicionado o un lavavajillas por completo sólo porque la pieza que se rompió ya no se fabricaba ni se vendía en las tiendas. La impresión 3D también podrá resolver ese problema, ya que al tener una impresora doméstica más pequeña, podrás reparar y reemplazar las piezas faltantes simplemente imprimiendo otras nuevas.
Aunque esta forma de usar impresoras 3D tiene menos impacto a escala global, podrá hacer tu vida mucho más fácil y te permitirá ahorrar dinero y personalizar tu hogar de la forma que desees.