Los documentos desclasificados revelan planes para que el platillo volador alcanzara una velocidad máxima de Mach cuatro, que es cuatro veces la velocidad del sonido, y alcance una altitud de 30.480 metros. El proyecto costó aproximadamente $ 3 millones de dólares, que en dinero de hoy serían más de $ 26 millones de dólares.
El proyecto se canceló en 1961 después de que las pruebas sugirieran que el diseño del platillo volador era aerodinámicamente inestable y sería incontrolable a altas velocidades.
2. Proyecto Iceworm
En la década de 1960, el ejército de los EE. UU. se embarcó en una misión para construir varios sitios móviles de lanzamiento de misiles nucleares bajo la capa de hielo de Groenlandia. El objetivo era albergar misiles de mediano alcance que tuvieran la capacidad de atacar objetivos dentro de la Unión Soviética.
Los ingenieros construyeron una red de edificios y túneles subterráneos, que incluían una cocina, viviendas, una sala de recreación, una enfermería, salas de suministros y una planta de energía nuclear.
La base, que se mantuvo oculta al gobierno danés, funcionó durante siete años. El programa fue cancelado en 1966 después de que el cambio de hielo causó condiciones inestables. Hoy en día, los restos del Proyecto Iceworm están enterrados bajo la nieve del Ártico.
3. Operación Paperclip
El presidente Harry Truman, en septiembre de 1946, lanzó un programa llamado Operación Paperclip, cuyo objetivo era atraer a científicos de la Alemania nazi a los Estados Unidos después de la Segunda Guerra Mundial. Los funcionarios de la Oficina de Servicios Estratégicos (el predecesor de la CIA) reclutaron científicos alemanes para América para ayudar en los esfuerzos de posguerra del país, lo que también aseguró que el valioso conocimiento científico no terminara en manos de la Unión Soviética o el dividido Oriente y Alemania occidental.
Este proyecto, que comenzó en 1939 y estaba oculto en secreto, produjo las primeras bombas atómicas del mundo. De 1942 a 1946, el mayor general Leslie Groves, del Cuerpo de Ingenieros del Ejército de EE. UU., dirigió el Proyecto Manhattan.
La primera bomba nuclear fue detonada el 16 de julio de 1945, durante la llamada prueba Trinity en la Base Aérea de Alamogordo, a 193 km al sur de Albuquerque, Nuevo México. La explosión creó una nube en forma de hongo que se elevó 12,200m, y la fuerza de la explosión fue equivalente a más de 15,000 toneladas de TNT.
Un mes después de esta prueba, se lanzaron dos bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki en Japón. Hasta el día de hoy, los bombardeos de estas dos ciudades siguen siendo el único uso de armas nucleares en la guerra.
5. Oleg Penkovsky
Penkovsky fue un oficial de inteligencia militar soviético de alto rango que trabajó como espía para los Estados Unidos y el Reino Unido durante la Guerra Fría. Proporcionó al gobierno de los Estados Unidos información valiosa sobre las capacidades de los misiles soviéticos que se habían instalado en Cuba.
En 1963, fue descubierto por sus colegas oficiales de inteligencia soviéticos y fue ejecutado por traición. Sin embargo, algunas personas creen que Penkovsky era un señuelo que tenía la tarea de transmitir información falsa sobre la capacidad de las armas soviéticas a los oficiales de inteligencia estadounidenses.
6. Secuestro del Lunik
Este secuestro ocurrió a principios de la década de 1960, en el apogeo de la carrera espacial estadounidense-soviética. Para dejar en claro a los estadounidenses que estaban ganando la carrera, los soviéticos lanzaron una exhibición multinacional de su satélite Lunik, la primera nave espacial en llegar a la vecindad de la luna de la Tierra.
Una noche, agentes encubiertos de la CIA convencieron al conductor del camión que transportaba el satélite para descansar en un hotel cercano y dejar el satélite bajo su cuidado. Luego tomaron el satélite soviético y examinaron sus componentes en detalle antes de volver a pegarlo en el camión. Los soviéticos nunca se enteraron.
7. Aviones de vigilancia del FBI
En 2015, se supo la noticia de un programa de vigilancia del FBI que utilizaba pequeños aviones para espiar a sospechosos en el terreno. Los aviones contenían tecnología de vigilancia por video y teléfonos celulares y estaban registrados en compañías falsas. Cuando la AP lanzó sus informes en junio de ese año, estos aviones ya habían sido vistos en más de 30 ciudades en 11 estados de EE. UU. durante un período de 30 días.
Si bien el FBI declaró que su programa de vigilancia no es secreto, los detalles sobre qué información recopilan los aviones están altamente censurados en documentos disponibles al público.
Un informe de 1967 revela que la CIA gastó millones de dólares en un intento de entrenar gatos domesticados para espiar a la Unión Soviética. Este programa, apodado Gato acústico, involucraba plantar equipos de espionaje electrónico en gatos vivos y luego entrenarlos para "espiar" a rivales desprevenidos.
9. Operación encrucijada
En julio de 2016, el Archivo de Seguridad Nacional publicó películas desclasificadas, fotografías y documentos que muestran que EE. UU. probó bombas atómicas en el Atolón Bikini en 1946.
Si bien se sabe mucho públicamente sobre estas pruebas, los documentos desclasificados arrojan nueva luz sobre cómo las pruebas afectaron a las personas del Atolón Bikini. También dan una idea de las objeciones planteadas por científicos y funcionarios militares antes de los bombardeos, así como la justificación de la decisión de llevar a cabo estas pruebas a pesar de tales objeciones.
10. Doctor Zhivago
Durante la Guerra Fría, la CIA decidió distribuir el libro "Doctor Zhivago" en toda la Unión Soviética. El libro del escritor ruso Boris Pasternak fue prohibido por los soviéticos ya que mostraba una visión abierta de la Revolución Bolchevique y su protagonista, un médico / poeta, era firmemente individualista.
Al ver el libro como una herramienta potencial de propaganda, la CIA trabajó con sus aliados en la inteligencia holandesa para entregar 1,000 copias de este libro en manos soviéticas. Los libros fueron distribuidos a los soviéticos visitantes en la Feria Mundial de Bruselas en 1958 con ayuda del Vaticano.
Encuadernados en lino azul sin marcar y envueltos en papel marrón, los libros se dirigieron a la Unión Soviética, donde la CIA esperaba que despertaran sentimientos anticomunistas entre ciudadanos descontentos.
Fuente: livescience