Las rosas se benefician enormemente de la sal de Epsom. Les proporciona magnesio, que es vital para la producción de clorofila y la germinación de las semillas. Al agregar esta sal, el rosal produce flores más vibrantes con colores más ricos y follaje más oscuro, y la planta crece más fuerte.
Qué hacer: Al plantar un rosal, remoja las raíces en ½ taza de sal diluida en un galón de agua de antemano. Espolvorea una cucharada de sal en el agujero en el suelo y cubre con una fina capa de tierra. Durante la temporada de cultivo, puedes espolvorear una cucharada de sal por pie de altura de planta a la base de la planta una vez al mes antes de regar.
2. Cultivar tomates y pimientos saludables
Ambas plantas consumen gran cantidad de magnesio mientras crecen, por lo que la adición de sal de Epsom - que se absorbe fácilmente en la planta - ofrece a los jardineros una fuente barata de magnesio para sus cultivos. La sal de Epsom ayuda de otras maneras: Las plantas se hacen más fuertes, producen más fruta, tienen menos podredumbre de flor, un color más profundo y verduras más sabrosas. Los jardineros también obtienen verduras más dulces y de tamaño saludable.
Qué hacer: Al plantar una nueva planta de tomate o pimiento, cava un agujero, coloca una cucharada de sal en el agujero y luego cubre con una fina capa de tierra. Durante la temporada de crecimiento, puede dar a las plantas un tratamiento líquido cada dos semanas: Mezcla 1 cucharada de sal de Epsom con un galón de agua y riega las plantas con esta solución. El uso de agua tibia puede facilitar la disolución de la sal.
Los jardineros experimentados aseguran que agregar sal de Epsom a sus jardines de flores beneficia a las plantas. Dicen que los nutrientes agregados hacen las plantas más sanas, crecen las flores más fuertes con el color y la textura mejorados. Añade la sal de Epsom al suelo cuando plantes nuevas plantas con flores, y después de eso trata las plantas con una solución líquida (el mismo método mencionado anteriormente) cada 2-3 semanas.
4. Mejora las azaleas y el rododendro
Agrega un poco de sal de Epsom para ayudar a que estas plantas florecientes produzcan más brotes. El suplemento de sulfato de la sal de Epsom también ayuda a evitar que las plantas se vuelvan amarillas. Cada 2-4 semanas se puedes aplicar 1 cucharada de sal por 9 pies cuadrados, asegurándose de cubrir el área de la raíz.
5. Crece una hierba más verde
Añadir la sal de Epsom a tu césped puede complementar el césped con minerales que hacen que la hierba sea más saludable, más verde y crezca más fuerte, lo que permite que la planta soporte factores ambientales severos. La adición de esta sal puede ayudar con el proceso de germinación y el crecimiento de la semilla en las primeras etapas. Qué hacer: Usa un esparcidor o diluye la sal en agua y aplícala con un rociador.
Para que un árbol dé fruto es un proceso largo, pero agregar la sal a su suelo ayuda a que la planta coseche una fruta de mejor sabor, nutritiva y más atractiva. También puede ayudar a mejorar la fotosíntesis, y hacer el árbol más resistente al clima y las enfermedades.
7. Evita que las hojas de las palmeras se amarilleen
En ocasiones las hojas de las palmeras se vuelven amarillas o verdes claras en la parte superior. Esto se puede remediar aplicando sal de Epsom en la base y luego rociar las hojas y la corona con una mezcla líquida (1 cucharada mezclada en un galón de agua).
8. Curar el rizado de las hojas
Otro problema de la falta de magnesio en las plantas es que comienza a rizarse. Si este es el caso, puedes empapar el suelo con una mezcla de 1 cucharada de sal disuelta en 1 galón de agua, o simplemente espolvorear la sal en el suelo antes de regar.
9. Evita que las hojas de buganvilla y gardenia se amarilleen
Estas plantas de bajo mantenimiento son hermosas piezas para un jardín. Sin embargo, debido a su fuerte floración o si el pH del suelo es ligeramente fuera de balance, pueden sufrir bajos niveles de magnesio, lo que da lugar a flores amarillentas. Puedes arreglar esto rociando ½ taza de sal en el suelo alrededor de las raíces de la planta.
Cuando las plantas carecen de magnesio o azufre, su follaje a menudo se vuelve amarillo. El nombre técnico de la sal de Epsom es sulfato de magnesio, lo que lo convierte en la solución perfecta para este problema. Plantas como los helechos se benefician de una coloración y más follaje con los tratamientos de sal de Epsom. Agrega sal de Epsom al fertilizante del suelo una vez al mes y, si deseas resolver el problema más rápidamente, puedes rociar una solución de 1 cucharada por galón directamente sobre las hojas de la planta.
11. Ayuda con los cambios de trasplantar
Si mueves una planta a una nueva ubicación o desde una maceta hasta el suelo, las raíces pueden dañarse y producirse un gran choque. Ayuda a la planta a adaptarse más fácilmente a su nuevo entorno mediante la adición de sal de Epsom, lo que facilita la producción de clorofila. Riega después de la siembra con una solución de un galón de agua mezclada con una cucharada de sal de Epsom.
12. Mantiene las babosas alejadas
La sal de Epsom puede ofrecer una manera no tóxica de librar a tu jardín de plagas no deseadas. Esparciendo un poco de sal mantendrás las babosas y los caracoles alejados de tu jardín. De esta manera tu jardín será más seguro.
La sal de Epsom puede ayudarle a drenar un tocón de árbol, de modo que sea más fácil de quitar. Taladra agujeros en la parte superior del tocón, con tres a cuatro pulgadas entre los intervalos, y llenalos con la sal. Añade agua después de llenar los agujeros con la sal, puedes tardar un poco para secar completamente el tocón, pero la sal acelera el proceso.
14. Ayuda a eliminar una astilla
Es fácil clavarse una astilla cuando se trabaja en el jardín, incluso con guantes. Pueden ser irritantes y dolorosas, pero la sal de Epsom puede ayudar con este problema. Remoja el área afectada con una mezcla de 2 cucharadas de la sal disuelta en una taza de agua. Esta solución aumentará la presión osmótica de la piel y te ayudará a extraer la astilla por sí misma.
15. Eliminar las malas hierbas
Mezcla 2 tazas de sal de Epsom con 1 galón de vinagre, y agrega algunos chorros de jabón líquido para platos en la solución. Guárdalo en una botella de spray y aplícalo a las malas hierbas destructivas.