Manejar los medicamentos mientras viajas es una prioridad máxima. Las personas mayores siempre deben llevar al menos algunos días de recetas en su equipaje de mano. Esto garantiza que no te olvidarás de una dosis si tu equipaje facturado se retrasa o se pierde. Los medicamentos líquidos pueden requerir una autorización especial en la seguridad del aeropuerto, por lo que obtener una nota del médico con anticipación puede ayudar a evitar problemas innecesarios. Tener una lista de medicamentos, dosis e información de contacto del médico también es útil en caso de emergencia, especialmente cuando visitas otro país donde puede ser difícil obtener recetas de reemplazo.
Además, las personas mayores deben considerar llevar un pequeño organizador de pastillas para mantener organizados los medicamentos. Si tienes horarios de medicación complejos, puede ser útil configurar recordatorios en un teléfono o una alarma de viaje. Es posible que las farmacias de algunos lugares no tengan sustitutos equivalentes, por lo que llevar un suministro suficiente para todo el viaje siempre es una decisión inteligente.
Estar sentado durante períodos prolongados durante vuelos, viajes en automóvil o en tren puede causar rigidez, malestar e incluso riesgos graves para la salud, como trombosis venosa profunda (TVP). Reservar un asiento en el pasillo te permite moverte con facilidad, lo que hace que sea más fácil levantarte y estirarte regularmente. Para los viajes por carretera, es importante programar descansos cada dos horas para caminar y relajarte. Los ejercicios simples de piernas, incluso mientras estás sentado, pueden mejorar la circulación y reducir el riesgo de complicaciones.
La hidratación también juega un papel clave en la prevención de la rigidez y la fatiga. Las personas mayores deben beber mucha agua para mantenerse hidratadas y evitar el exceso de cafeína o alcohol, que pueden contribuir a la deshidratación. El uso de medias de compresión puede ayudar a reducir el riesgo de coágulos sanguíneos durante viajes largos.
Los aeropuertos pueden ser estresantes, especialmente con las estrictas medidas de seguridad. Las personas mayores con dispositivos médicos como marcapasos, articulaciones artificiales o prótesis pueden activar los detectores de metales, lo que puede dar lugar a controles adicionales. Tener una carta de un médico o una tarjeta de identificación médica puede ayudar a aclarar cualquier inquietud en los controles de seguridad. Conocer los procedimientos de la TSA con anticipación también puede aliviar la ansiedad y hacer que el proceso sea más sencillo.
Para que los controles de seguridad sean más eficientes, usar zapatos sin cordones y evitar el exceso de metal en la ropa o los accesorios puede ahorrar tiempo. Llegar temprano al aeropuerto garantiza que no haya prisas, lo que permite que las personas mayores pasen por los controles a un ritmo cómodo.
No todos los destinos de viaje son igualmente accesibles para las personas mayores. Algunos lugares tienen instalaciones sanitarias limitadas, terrenos accidentados o transporte público inadecuado. Antes de finalizar un viaje, es importante investigar la zona para determinar si se adapta a las necesidades del viajero. Las personas mayores deben comprobar si sus alojamientos tienen ascensores, rampas y otras opciones de accesibilidad. También deben considerar lo fácil que será obtener ayuda médica en caso de una emergencia.
También deben tenerse en cuenta las condiciones meteorológicas. El calor extremo, las grandes altitudes o los duros inviernos pueden presentar desafíos adicionales. Las personas mayores deben elegir destinos que puedan explorar cómodamente sin esforzarse.
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Las maletas pesadas pueden dificultar innecesariamente el viaje. Las personas mayores deben empacar solo lo que necesitan y usar equipaje con ruedas para mayor comodidad. Si un viaje incluye varias paradas, llevar un bolso de mano más pequeño con artículos esenciales como artículos de tocador, un cambio de ropa y documentos importantes puede reducir la necesidad de llevar maletas grandes con frecuencia. Solicitar ayuda al personal del hotel o utilizar los servicios de equipaje del aeropuerto puede ayudar a prevenir tensiones y lesiones.
Los cubos de embalaje y las bolsas selladas al vacío pueden maximizar el espacio y mantener las pertenencias organizadas. Elegir ropa resistente a las arrugas y versátil minimiza la necesidad de llevar prendas excesivas, lo que hace que el embalaje sea más eficiente.
Muchas personas mayores dependen de las redes Wi-Fi gratuitas para mantenerse en contacto con familiares y amigos mientras viajan, pero las redes no seguras pueden exponerlas a riesgos de seguridad. Es mejor evitar consultar cuentas confidenciales, como la banca en línea, mientras se está conectado a redes públicas. Si se necesita acceso a Internet, verificar la conexión Wi-Fi oficial con el personal del hotel o de la cafetería es una opción más segura. Para mayor protección, el uso de una red privada virtual (VPN) puede ayudar a proteger la información personal.
Llevar un punto de acceso portátil o usar datos móviles para tareas importantes puede proporcionar una forma más segura de acceder a Internet. Las personas mayores también deberían habilitar la autenticación de dos factores en las cuentas importantes antes de viajar.
La pérdida de pasaportes, billetes o documentos de identidad puede generar grandes contratiempos. Llevar copias adicionales de estos documentos puede ayudar a acelerar la sustitución en caso de que se pierda algo. Las personas mayores deben llevar copias físicas y digitales de sus documentos de viaje. Escanear los documentos y guardarlos en una cuenta de correo electrónico segura o en un servicio en la nube garantiza que se puedan recuperar en caso de necesidad.
Tener anotados los datos de contacto y las direcciones de emergencia puede ser útil en situaciones en las que los dispositivos electrónicos fallan o se pierden. Una pequeña bolsa de viaje para organizar los documentos puede facilitar el acceso.
Muchas aerolíneas, hoteles y atracciones ofrecen descuentos para viajeros mayores, pero no siempre los publicitan. Llevar un documento de identidad o un pasaporte puede ayudar a garantizar estos ahorros. Las personas mayores también deben preguntar por tarifas especiales al reservar vuelos, transporte o alojamiento.
Reservar con antelación y consultar las ofertas de paquetes puede ofrecer ahorros adicionales. Suscribirte a programas de recompensa de las aerolíneas también puede brindar beneficios como embarque prioritario o franquicias de equipaje adicional.
Los problemas de salud inesperados o las interrupciones del viaje pueden ser costosos, por lo que el seguro de viaje es una inversión inteligente. Muchos planes de seguro de salud estándar no cubren los gastos médicos en el extranjero, por lo que las personas mayores deben buscar pólizas que incluyan atención de emergencia y cobertura de evacuación. El seguro también puede proteger contra cancelaciones de viajes, pérdida de equipaje o retrasos inesperados, lo que ofrece tranquilidad durante todo el viaje.
Revisar la letra pequeña de las pólizas garantiza que las personas mayores obtengan la cobertura que necesitan. Elegir planes con servicios de asistencia las 24 horas, los 7 días de la semana puede ser útil en caso de emergencias médicas o logísticas.
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Un chequeo médico previo al viaje puede ayudar a garantizar que las personas mayores estén en condiciones de viajar. Cualquier condición crónica, cirugías recientes o vacunas necesarias deben consultarse con un médico. Si se viaja a un país con posibles riesgos para la salud, las personas mayores deben recibir información sobre las vacunas recomendadas y las precauciones que deben tomar durante su estadía.
Los médicos también pueden brindar asesoramiento sobre cómo manejar el jet lag, las restricciones dietéticas y la adaptación a diferentes zonas horarias. Llevar un historial médico actualizado puede ayudar a los profesionales médicos en el extranjero en caso de emergencias.