1. Moho
El moho es un tipo de hongo que libera esporas en el aire que son peligrosas para respirar. Estas esporas pueden causar problemas graves e infecciones en los pulmones, incluidas enfermedades pulmonares obstructivas crónicas (EPOC), que también son causadas por el tabaquismo intenso y la exposición al humo y la contaminación del aire. También debilitan el sistema inmunológico, haciéndonos más vulnerables a las bacterias. Si eres sensible al moho, es muy recomendable asegurarte de que tu hogar y todas tus habitaciones estén bien ventiladas para evitar su desarrollo.
2. Pájaros domésticos
Si tienes un pájaro en casa, debes saber que las partículas que desprenden sus plumas y excrementos pueden provocar una inflamación pulmonar si se inhalan. Estas partículas son tan dañinas como las esporas de moho y provocan fibrosis pulmonar, que puede destruir el tejido pulmonar en personas sensibles. Si tienes un pájaro en casa y últimamente has estado experimentando problemas respiratorios, es recomendable que consultes a un médico para comprobar si esta es la causa.
3. Humidificadores
Aunque este dispositivo se recomienda para aumentar la humedad interior, especialmente en invierno, su uso excesivo puede elevar los niveles de humedad excesivamente y favorecer la proliferación de ácaros del polvo y moho. Además, el moho puede desarrollarse en el propio dispositivo si no se limpia, seca y almacena adecuadamente. Por ello, es importante tener cuidado al utilizarlo y asegurarte de que esté completamente limpio antes de ponerlo en funcionamiento.
4. Cucarachas
El problema no son necesariamente las cucarachas en sí, sino sus excrementos, que se convierten en polvo que ensucia el suelo e incluso los muebles, según el nivel de infestación. La exposición a este polvo se produce principalmente al barrer el suelo o pasar la aspiradora, lo que provoca problemas respiratorios, especialmente en niños pequeños, que pueden desarrollar asma como resultado. ¿Qué se puede hacer? Es fundamental abordar los problemas de cucarachas si existen en su hogar y eliminarlos lo antes posible, ya sea a través de métodos caseros o con la ayuda de un profesional de control de plagas.
5. Alfombras
Las alfombras pueden desarrollar moho, pero también pueden ser un terreno fértil para los ácaros del polvo y los excrementos de cucarachas, que pueden dañar los pulmones. Las partículas dañinas atrapadas en las fibras se liberan al aire cuando se camina sobre la alfombra o se pasa la aspiradora. Se recomienda limpiar las alfombras periódicamente fuera de la casa y utilizar la limpieza a vapor al menos una vez al año.
6. Gas radón
Este gas no se puede oler, pero se considera la segunda causa principal de cáncer después del tabaquismo. Se filtra desde el suelo y puede ingresar a las casas a través de grietas, acumulándose en sótanos sin ventilación. También se encuentra en materiales de construcción como el cemento, que puede liberarlo de paredes que contienen altas cantidades de hormigón. Estas partículas radiactivas dañan los pulmones durante la respiración. Para evitar su acumulación en el hogar, asegúrate de que haya un flujo de aire adecuado del exterior al interior instalando dispositivos de ventilación y asegurándote de que los sótanos estén bien sellados.
7. Pesticidas
No se trata solo de pesticidas que deben eliminarse de las frutas y verduras que comemos, sino también de aquellos que puede utilizar en su jardín o en su casa. Pueden causar problemas de salud, como problemas en los nervios, la producción de hormonas, los ojos y la piel. Los profesionales del control de plagas utilizan máscaras cuando aplican pesticidas y, si rocías tu casa o jardín con pesticidas aprobados para uso público, es muy recomendable que lo hagas también.
8. Bolsas de aire en los automóviles
Las bolsas de aire contienen una sustancia química llamada azida sódica, que les permite desplegarse instantáneamente durante una colisión. No tiene olor, pero se puede ver como un polvo blanco que, al inhalarse, puede empeorar el asma y los problemas respiratorios existentes. En grandes cantidades, puede incluso provocar la acumulación de líquido en los pulmones y dañar las paredes de la cavidad pulmonar. Si has sufrido un accidente en el que se ha desplegado la bolsa de aire de tu automóvil y empiezas a experimentar problemas respiratorios, es muy recomendable que consultes a un médico.
9. Harina
Las personas que trabajan en panaderías tienden a sufrir más tos y estornudos que otras, y el principal culpable es la harina con la que trabajan. Este fenómeno incluso ha recibido su propio nombre: asma del panadero, y con el tiempo empeora y daña gravemente los pulmones. Esto puede suceder no solo a quienes trabajan en una panadería, sino también a quienes trabajan mucho con harina en casa. Para evitarlo, utiliza mascarilla cuando trabajes con harina y trata de minimizar el polvo de harina en el aire tanto como sea posible.
10. Agricultura
Aquí hay otro problema que tiene un nombre asociado con la profesión de la que se origina: el pulmón del granjero, un tipo de neumonía causada por la hipersensibilidad a los materiales que se encuentran en el heno y el grano. Nuestro sistema inmunológico reacciona al moho que crece en ellos creando una inflamación pulmonar, que es peor para los granjeros que trabajan con ganado y producción lechera porque están más expuestos a él. La única forma de deshacerte de este problema es reducir la exposición a las sustancias que lo agravan. En casos graves, a algunas personas incluso se les aconseja cambiar de profesión, ya que el problema puede eventualmente llevar a la necesidad de un trasplante de pulmón.
11. Jacuzzi
Si tienes tu propio jacuzzi, ten en cuenta que puede convertirse en un caldo de cultivo para las bacterias que pueden ingresar a sus pulmones cuando el agua se evapora. Es por eso que algunas personas pueden desarrollar fiebre, tos y problemas respiratorios después de pasar tiempo en un jacuzzi. Asegúrate de limpiarlo a fondo. Lava los filtros cada una o dos semanas y vacía, limpia y vuelve a llenar con agua fresca cada cuatro meses.
12. Velas
Las velas más comunes están hechas de parafina, que libera sustancias químicas que pueden empeorar los síntomas de las alergias y los problemas respiratorios como el asma, e incluso aumentar el riesgo de cáncer. No hay problema en usar velas de vez en cuando, pero si sueles encenderlas a diario para crear un ambiente agradable en casa, es posible que quieras reconsiderar este hábito. Como mínimo, cambia las velas de parafina por velas de cera de abejas o de soya y asegúrate de que tu casa esté bien ventilada cuando las enciendas.