Un equipo de destacados arqueólogos ha excavado recientemente una antigua tumba en Jerusalén que mucha gente cree que alguna vez contuvo los restos de Jesucristo. Según las leyendas populares, la tumba se encontró por primera vez en el siglo IV d.C., después de que Helena, la madre del emperador romano Constantino, viajara a Jerusalén y ordenara a arqueólogos y excavadores que encontraran la ubicación de la tumba sagrada.
La búsqueda de Helena tuvo éxito, por lo que la familia imperial ordenó que se construyera un santuario en el lugar. Desafortunadamente, los datos históricos muestran que hacia 1555 la tumba terminó siendo dañada, por lo que las autoridades del siglo XVI decidieron construir sobre ella un revestimiento de mármol, que cubrió y selló completamente la tumba.
Cuando el equipo de arqueólogos reabrió recientemente la tumba para llevar a cabo algunos trabajos de conservación, descubrieron que debajo del revestimiento de mármol se encontraba el lecho de piedra caliza original sobre el que se dice que fue colocado el cuerpo de Cristo después de su crucifixión. Según el arqueólogo residente de National Geographic, Fredrik Hiebert, "parece ser una prueba visible de que la ubicación de la tumba no ha cambiado con el tiempo, algo que los científicos e historiadores se han preguntado durante décadas". Cuando todo está dicho y hecho, parece que el misterio del lugar de descanso final de Cristo pronto podría resolverse de una vez por todas.
Todo el mundo ha oído la historia del Titanic chocando con un iceberg y hundiéndose, pero un nuevo documental revela que el iceberg por sí solo puede no haber sido suficiente para hundir el barco. En cambio, el periodista irlandés Senan Molony afirma que la causa de la tragedia podría deberse a que el iceberg chocó exactamente en el mismo lugar donde el casco del barco ya había sido debilitado por un incendio de carbón.
Molony afirma que tres semanas antes de que el barco zarpara del puerto se produjo un incendio en una caldera, pero que no se hizo caso por temor a la mala prensa, así como por la creciente competencia de los buques alemanes. Un artículo del New York Tribute, publicado poco después del hundimiento del Titanic, parece corroborar esta teoría:
Todos los fogoneros entrevistados declararon que el Titanic estuvo en llamas desde que salió de Southampton hasta el sábado a las dos de la tarde. Esta historia fue contada por primera vez por un oficial del barco, quien pidió que no se revelara su nombre, diciendo que a todos los hombres se les había advertido que no hablaran sobre el desastre.
“El incendio se produjo en las carboneras de proa”, dijo este hombre, “en las chimeneas 9 y 10, en el extremo de proa, en lo que se conoce como segunda y tercera sección. El incendio debía haber estado arrasando mucho antes de que zarpara de su muelle en Southampton, porque el búnker era un infierno cuando, una hora más allá de Needles, se descubrió el incendio.
“Inmediatamente comenzamos a trabajar en el incendio y nos tomó hasta el sábado por la tarde extinguirlo. Nos vimos obligados a extraer todo el carbón de estas secciones. En mi opinión, este incendio jugó un papel no pequeño en el desastre, porque cuando la proa se quemó, las aguas rápidamente abrieron los mamparos estancos, detrás de los cuales había estado el carbón. Si el carbón hubiera estado todavía en la segunda y tercera sección cuando el barco chocó contra el iceberg, probablemente habría ayudado al mamparo a resistir la tensión”.
Muchos detalles de lo que sucedió en esa noche devastadora se perderán para siempre en la historia, pero esta nueva teoría ciertamente presenta un nuevo ángulo interesante para esta infame historia.
Hace unos 4.500 años, el faraón egipcio Keops hizo construir una pirámide gigantesca para que le sirviera de puerta de entrada personal al más allá. Dentro de la Gran Pirámide de Giza se encuentran tres cámaras principales: la cámara del Rey, la cámara de la Reina y una cámara subterránea. Ahora, sin embargo, una nueva investigación ha demostrado que en realidad hay un enorme vacío escondido sobre uno de los grandes corredores de la pirámide, conocido como la Gran Galería.
Este vacío se encontró utilizando técnicas como la detección de muones, el modelado 3D y el análisis de infrarrojos. Esto permitió a los investigadores recibir datos muy precisos sobre el tamaño y la ubicación del vacío. El vacío en sí parece tener una sección transversal similar a la Gran Galería y mide casi treinta metros de largo, lo que lo convierte en el vacío piramidal más grande que jamás hayan descubierto utilizando estas técnicas.
Cuando se les preguntó para qué pensaban que se usaba este espacio, Mark Lehner, director de la Asociación de Investigación del Antiguo Egipto, cree que se usó únicamente con fines estructurales. Dijo que "esperaría que fuera algún tipo de espacio para aliviar el peso entre el techo de la gran galería y esta masa del núcleo de la pirámide".
Este descubrimiento ha fascinado a arqueólogos e historiadores de todo el mundo, ya que ahora están un paso más cerca de descubrir exactamente cómo se construyeron las pirámides, algo que ha desconcertado a los investigadores durante siglos.
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Fuentes: nationalgeographic, livescience, historyonthenet