¿Alguna vez has notado que la ropa que compramos se ha vuelto fácilmente accesible y relativamente asequible? Tendemos a comprarlos con bastante frecuencia. Sin embargo, es importante recordar que no todas las telas son iguales. La calidad de una tela puede tener un gran impacto en la comodidad, la durabilidad y el costo de la ropa. Entonces, ¿qué debes tener en cuenta al comprar ropa nueva o ropa de cama? ¿El 100% algodón garantiza una mejor calidad? ¿Y qué hay de las costuras, botones y cremalleras de las prendas que está considerando?
En este artículo, discutiremos la diferencia entre las telas naturales y las sintéticas, y te brindaremos 9 consejos esenciales para evaluar la calidad, la composición y la comodidad de las telas. ¡Estad atentos a todos los detalles!
Tejidos naturales vs sintéticos
Muchas personas tienen preferencia por las telas que se derivan de la naturaleza, de animales y plantas como el algodón, la lana, el lino o la seda. Estas telas, a menudo denominadas "telas transpirables", brindan una sensación agradable y aireada al cuerpo, lo que es particularmente ventajoso en el verano cuando la circulación de aire a través de la ropa es esencial. Sin embargo, tienen inconvenientes, como la tendencia a arrugarse y encogerse, además de ser más caros.
Por otro lado, las telas sintéticas como poliéster, acrílico, lycra y poliviscosa (rayón) se fabrican a partir de materiales como plásticos, fibras de madera y productos petroquímicos. Ofrecen resistencia superior a las arrugas, capacidad de estiramiento y rentabilidad. Sin embargo, los tejidos sintéticos son generalmente menos cómodos para el cuerpo y tienden a retener el calor, lo que los hace menos ideales en términos de comodidad.
¿Es 100% algodón un indicador de alta calidad?
Al examinar la etiqueta de una prenda y descubrir que está hecha de 100% algodón, no significa necesariamente que la prenda sea de la mejor calidad. La calidad del algodón puede variar según el nivel de fibras del tejido y su densidad. Las telas con una alta densidad de hilos por pulgada, que normalmente se encuentran en los empaques de ropa de cama y toallas, indican un producto duradero, opaco y agradable al tacto.
Estos son algunos puntos clave a tener en cuenta al comprar una prenda nueva:
En primer lugar, es importante sentir físicamente la tela antes de realizar una compra. No dudes en tocar la prenda y buscar telas que se sientan suaves y tersas. Recuerda, el peso de la tela no determina su calidad, sino su nivel de compresión. Puedes probar esto acercando la prenda a una fuente de luz y observando la densidad de los hilos. En conclusión, recuerda confiar en tu sentido del tacto cuando evalúes la calidad de la tela.
1. Determinar el riesgo de “arrugas”
Para determinar la susceptibilidad de la tela a las arrugas, evalúa su nivel de arrugas apretándola suavemente con las manos. Si la tela parece arrugada después de soltarla, es posible que haya sido tratada con una sustancia similar al almidón para mantener su forma. Esto no necesariamente indica mala calidad; de hecho, a menudo sugiere un tejido natural que es más propenso a arrugarse.
No obstante, dado que esta regla no es absoluta y existen tejidos 100% algodón u otros materiales naturales que conservan bien su forma, es recomendable realizar esta "prueba de aplastamiento" en la tienda antes de adquirir la prenda. De esta forma, podrás evaluar su reacción y evitar el agobio de un planchado excesivo.
2. Inspecciona la densidad y el grosor de las costuras de la tela
La forma en que se cose la tela juega un papel importante en el aspecto de una prenda y en su duración. También proporciona información sobre su calidad general. Cuando examines una prenda en una tienda, estira suavemente la tela a ambos lados de la costura y evalúe su densidad y grosor.
Si notas algún hueco en la costura, es probable que la costura no sea de buena calidad, lo que significa que la prenda tampoco lo sea. Si estás considerando invertir en una prenda relativamente costosa que deseas conservar durante años, te recomendamos que la dejes pasar si te encuentras con tales problemas.
3. Es mejor una cremallera oculta
Además, es preferible elegir una prenda con cremallera oculta. Tener una cremallera rota en una prenda querida puede ser increíblemente frustrante. Si no quieres separarte del artículo, tus opciones son llevarlo a un sastre para que le cambien la cremallera o usarlo con un cierre que no funcione. Para evitar tales situaciones, es útil inspeccionar la cremallera mientras estás en la tienda de ropa, abriéndola y cerrándola con frecuencia.
Las cremalleras ocultas, que en su mayoría se encuentran debajo del dobladillo de la tela, tienden a estar más protegidas contra atascos y suelen ser más caras. Por cierto, cuando se trata de monos o buzos , es aconsejable elegir uno con una cremallera frontal duradera y de fácil acceso, para que pueda quitársela rápidamente cuando lo requiera la naturaleza.
4. Revisa el dobladillo
El dobladillo es un elemento esencial de cualquier prenda, contribuyendo a su apariencia pulida y durabilidad duradera. Para faldas, pantalones y camisas, un dobladillo bien hecho debe medir entre 1 y 4 centímetros de altura. En el caso de los jeans, una costura única y original se suma al atractivo general.
Si una prenda no tiene un dobladillo adecuado o solo tiene una costura, es probable que sea una prenda barata y mal hecha, lo que se refleja en su apariencia descuidada.
5. Evalua la elasticidad de la tela
Un tejido de calidad es aquel que mantiene su forma a lo largo del tiempo. Hay varios tejidos que combinan fibras elásticas como la lycra, proporcionando flexibilidad y comodidad cuando se usan. Dichos tejidos nos permiten movernos libremente, incluso después de una comida satisfactoria o un ligero aumento de peso.
Sin embargo, es importante asegurarte de que la tela contenga suficiente lycra y sea de buena calidad, lo que permitirá recuperar su forma original después de repetidos estiramientos. Cuanto mayor sea la elasticidad de la tela, mejor conservará su forma y compresión con el tiempo.
6. Asegúrate de que la cremallera coincida tanto en altura como en color
Cuando se trata de las cremalleras que usamos en prendas como vestidos y faldas, es importante que tengan la misma longitud. Una cremallera de alta calidad cosida a una buena tela y que no se atasque debe tener la misma longitud en ambos lados. También es preferible que la cremallera combine con el color de la prenda por motivos estéticos.
Si alguna vez encuentras una cremallera obstinada que se niega a moverse, intenta pasar un crayón escolar simple a lo largo de los dientes. Te sorprenderá cómo este simple truco puede hacer que la cremallera vuelva a funcionar correctamente. Además, no olvides consultar la etiqueta para ver si hay instrucciones o pautas de cuidado específicas.
7. Revisa la etiqueta
Para evitar que la tela se encoja y se arrugue, una posible solución es elegir ropa hecha de una mezcla de fibras naturales y sintéticas en diferentes proporciones. Es importante revisar la composición del tejido en la etiqueta de la prenda, siendo recomendable una combinación de tejidos sintéticos que va del 5% al 30%.
Sin embargo, vale la pena señalar que esta combinación puede causar que la tela se deforme de manera diferente durante el secado. Si no estás seguro, es recomendable optar por una empresa o marca de confianza que siempre te haya proporcionado productos satisfactorios.
8. Comprueba el ajuste de las costuras antes de realizar una compra
Si planeas comprar una prenda costosa, es importante inspeccionar de cerca los patrones y las costuras. Si un patrón no continúa uniformemente después de la costura o si hay hilos de diferentes colores visibles en la tela, estas son señales de que el artículo puede haber sido hecho apresuradamente y el fabricante no priorizó la calidad.
Ten en cuenta que mucha ropa se produce en el Lejano Oriente en condiciones difíciles y a bajo costo. Necesitamos entender que existe una compensación por la asequibilidad a la que estamos acostumbrados.
9. Toma nota de los botones
La atención a los pequeños detalles en la confección de ropa y moda impacta directamente en la calidad general de la prenda. Un excelente ejemplo de esto se puede ver en las empresas que proporcionan un botón de reemplazo con su ropa, que a menudo se adjunta a la etiqueta del precio.
Al evaluar una prenda con botones, es importante tomarte el tiempo para abrir y cerrar cada uno para asegurarte de que no falte ninguno y que funcionen sin problemas. Además, el ojal debe tener una puntada segura sin hilos sueltos, y su tamaño debe coincidir con el diámetro del botón