Hay muchas dietas diferentes que sirven para muchas opiniones diferentes sobre la nutrición. Una de ellas es la dieta de alimentos crudos, y aunque hay varias ventajas de comer alimentos crudos y no procesados en su forma más natural, nos gustaría añadir nuestros consejos al respecto. Cocinar los alimentos tiene grandes ventajas. Por ejemplo, ayuda a la digestión al ablandar las fibras. Pero hay algo más que la textura y el sabor. Algunas verduras tienen un mayor valor nutricional cuando se cocinan.
Además de los valores nutricionales, consumir ciertos alimentos crudos entraña algunos peligros. Haz clic aquí para ver la lista completa de alimentos que no debes consumir crudos. Estas son las 9 verduras que es mejor consumir cocinadas.
Los tomates y otros frutos rojos como la sandía, el pimiento rojo y la papaya contienen un antioxidante muy potente llamado licopeno. Algunos dicen que es incluso más potente que la vitamina C. El licopeno reduce el riesgo de cáncer y de ataques al corazón. El licopeno en los tomates aumenta hasta un 35% cuando se cocinan a 190 grados Fahrenheit (88 grados Celsius) durante 30 minutos. El calor rompe esas duras paredes celulares, ayudando al cuerpo a absorber los nutrientes de forma más eficiente. Escribimos sobre este tema en profundidad en este post. Échale un vistazo para conocer la ciencia que hay detrás de la nutrición, y después, te invitamos a probar esta fácil receta de guarnición o primer plato de tomates y parmesano.
Esta receta específica da en el clavo, ya que el licopeno es absorbido por el cuerpo de manera más eficaz cuando se consume con grasa saludable. También puedes simplemente asar o hornear los tomates con un poco de aceite de oliva. De hecho, esta puede ser incluso una opción más saludable que cocinarlos en agua, ya que el agua es responsable de la pérdida de gran parte de la vitamina C de los tomates. Esto se debe a que la vitamina C es soluble en agua. Simplemente se deshace. Pero ten en cuenta que es una vitamina mucho más fácil de conseguir que el licopeno. Y como en todo, el equilibrio es la clave.
El betacaroteno es un carotenoide que se encuentra en las zanahorias. Es un antioxidante que el cuerpo convierte en vitamina A, y es lo que da a la zanahoria su tono naranja. La cocción de las zanahorias aumenta tus niveles de betacaroteno. Esto ayuda al crecimiento de los huesos, mejora la visión y refuerza el sistema inmunitario. Incluso se utiliza como un poderoso ingrediente antienvejecimiento en el cuidado de la piel, conocido comúnmente como retinol. Aumenta la renovación celular y potencia la producción de colágeno.
La cocción de las zanahorias puede triplicar su actividad antioxidante. Al cocinarlas, mantén la piel. Puede asarlas o hervirlas o utilizar cualquier otro método de cocción, pero no freírlas. Esto reducirá los niveles de carotenoides en un 13%.