1. Desarrollar la autoconciencia (vivir atentamente)
La autoconciencia es necesaria si deseas aumentar los niveles de energía diarios. A menudo suponemos que sabemos lo que está consumiendo nuestra energía; podrían ser nuestros hijos, por ejemplo. Pero identificar la fuente no es suficiente.
Hay más de lo que se ve a primera vista. Por lo tanto, al practicar la atención plena a diario, comenzará a notar cuándo y qué hace que tu energía baje y podrás tomar la acción adecuada para contrarrestarlo. Por lo tanto, el primer paso es llegar a ser consciente de uno mismo, notando cómo nuestras acciones diarias son fluctuantes y potencialmente nos afectan. Esto es lo que te permite monitorear tus niveles de energía con claridad, recopilando información y realizando cambios precisos.
2. Hidratar adecuadamente
El agua afecta tus niveles de energía drásticamente. Limítate a beber 8 vasos de agua al día y observa cómo aumentan tus niveles de energía. El agua es un gran porcentaje de la composición de nuestro cuerpo. Cuando estamos deshidratados, nuestro cerebro no puede funcionar con su eficiencia habitual. En consecuencia, comenzamos a sentirnos fatigados, perdiendo gran parte de nuestra energía, entre otras cosas. Beber dos vasos de agua todas las mañanas ayudará a impulsar tu cuerpo, desde tu metabolismo hasta tu energía, y es una de las mejores y más fáciles cosas que puedes hacer por tu salud.
3. Medita
Nuestra actividad mental tiene tanto, si no más efecto en nuestra energía como lo hace nuestra actividad física. Muchos pensamientos y emociones que experimentamos durante el día y la noche generan estrés dentro de nosotros, y tienen un efecto físico y mental muy real sobre nosotros. Y uno de los efectos que esos sentimientos de estrés tienen sobre nosotros es agotar nuestra energía.
Practicar la meditación te permitirá relajar la mente. Si bien no silenciará la mente, calmará tu mente a un nivel manejable y observable. Y esta sensación de claridad o alivio puede tener un efecto significativo en tu energía. Intenta meditar una vez por la mañana y una vez por la noche, aumentando gradualmente la duración hasta aproximadamente 30 a 45 minutos o más en cada sesión.
4. Domina tu rutina nocturna
La cantidad de atención que prestas a lo que hace justo antes y después de dormir es clave para decidir sus niveles de energía diarios. Aquí hay cuatro puntos que puede considerar:
1. Apaga las luces azules. Asegúrate de apagar todos los teléfonos, tabletas, computadoras portátiles y computadoras por lo menos de dos a tres horas antes de acostarte. Las luces azules de la electrónica pueden interferir con tu reloj biológico y afectar la calidad de tu sueño.
2. Seguir con la hora de acostarse programada. Si bien puede parecer obvio, debes asegurarte de dormir lo suficiente todos los días.
3. Adopta un ritual de relación nocturna. Podrías comenzar con un té nocturno, meditación, lectura o algún estiramiento ligero. Este es un aspecto importante de una rutina nocturna fuerte que ayudará a mejorar la calidad de tu sueño y, en última instancia, aumentará tu energía.
4. Deja tu equipaje afuera. Antes de ir a la cama, tendemos a pensar en todo lo que sucedió durante el día. Pero esto puede agregar más estrés. Entonces, antes de irte a la cama, imagínate tomando todos sus problemas e inquietudes y metiéndolos en una bolsa. Date permiso para olvidarte de ellos hasta que te despiertes por la mañana.
Con una rutina nocturna fuerte, mejorarás la calidad de tu sueño y te prepararás adecuadamente para el día siguiente.
5. Domina tu rutina matutina
La mejor manera de mantener tus niveles de energía durante todo el día es hacer un cambio en la rutina matutina. Comienza despertando temprano, cuando salga el sol, mucho antes de que comience el día. Esto marcará una diferencia considerable en tus niveles de energía cada día (suponiendo que te hayas acostado a una hora razonable).
Sal al exterior, respira el aire fresco y asimila todo. Es suficiente para darte energía a primera hora de la mañana. Asegúrate de dedicar algo de tiempo para ti mismo temprano en la mañana. Esto te mejorará positivamente para el día siguiente.
6. Mantente activo (al menos 7 minutos)
El ejercicio físico o la actividad te ayudarán a mantenerte atento. Encuentra algo con lo que disfrutes. Podría ser entrenar en artes marciales o entrenar casi a diario. La actividad física es importante tanto para el cuerpo como para la mente, pero es importante mantener la actividad.
Se han realizado varios estudios sobre Entrenamiento Intermedio de Alta Intensidad (HIIT) que muestra que todo lo que realmente necesitas es un período muy corto de ejercicio de alta intensidad (aproximadamente de 7 a 20 minutos) para cosechar los mismos beneficios que obtendrías de horas de corriendo y haciendo ejercicio. Si recién estás comenzando, comienza con una rutina de 7 minutos al inicio del día.
7. Aprende a manejar las emociones fuertes
Algunas de las fuerzas de drenaje de energía más poderosas que existen son las emociones fuertes. El miedo, la ira, la tristeza, el odio y otras emociones similares pueden incrustarse en nosotros y tomar el control. Las pequeñas cosas pueden ponerte de los nervios y provocarte.
Observa cómo si tuviste una discusión con un ser querido la noche anterior, puede ser casi imposible despertar con energía al día siguiente. No importa cuál sea la emoción, al practicar la atención plena podemos notar que estos sentimientos se acumulan en nosotros y debems detenerlos antes de que nos atrapen. Si bien no podemos movernos sintiendo la emoción en sí misma, el problema surge cuando la emoción toma el control completo sobre nosotros. La atención plena evita que esas emociones fuertes tomen el control.
8. Cultiva la compasión por los extraños
Lo que a menudo se marchita en nuestros niveles de energía son las pequeñas molestias de la vida cotidiana. Cosas como que alguien te corte en la autopista, o que tu jefe te pida que trabajes un turno extra, pueden tener un efecto en nuestra energía. Si bien no puede parecer importante, situaciones como esta surgen a lo largo del día y, a menudo, no intentamos comprender a quienes nos rodean. En consecuencia, nos molestamos constantemente porque nunca consideramos por qué alguien haría algo para molestar nuestro día.
Vivir con compasión, que se basa en la comprensión, sin embargo, abre nuestro mundo. Cuando vivimos con compasión y comprensión, comenzamos a tener en cuenta una miríada de razones por las que alguien nos cortó en la autopista, por ejemplo. Dejamos de mirar a quien nos está haciendo mal, y en su lugar, somos capaces de entender los errores que otros cometen. Por supuesto, no solo debemos aplicar esto a las personas que no conocemos, sino a aquellos que son más cercanos.
9. Un plan previo
No tener un plan previo puede tener un par de efectos secundarios negativos, como dificultad para respirar y agotamiento mental. La tecnología puede ayudar a planificar bien tus días. No necesitamos complicar las cosas. Busca una aplicación que funcione bien para ti o planifica tu día con un calendario o diario.
10. DETENTE (y usa la energía hábilmente)